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Se refería a su punto G como su punto de diosa. Cuando intentó encontrarlo por primera vez, no estaba muy segura de dónde se encontraba en su vagina. Pero al introducir su G-Spot Stimulate-Her, la forma curvada presionó automáticamente su esquivo punto G, y después no tuvo dudas sobre su ubicación. Ahora estaba lista para descubrir su primer orgasmo de punto G. Presionó el botón de calor para llevar su estimulación a una temperatura agradable de 40 °C. El calor le sentó de maravilla.
Usó el control remoto para activar la vibración silenciosa. Impresionante. Ambos motores eran potentes, excitando simultáneamente su clítoris y su punto G. Sintió el pequeño extremo cosquilleando su perineo, justo detrás de la vagina. La vibración cosquilleante era una sensación nueva para ella, y se maravilló de cómo electrizaba sus sentidos. Volvió a presionar el control remoto para aumentar la intensidad de la vibración. Sus párpados se agitaron al sentir el placer crecer en su interior. Presionó una y otra vez, saboreando cada sensación única de los diferentes patrones de vibración.
Había oído que se tarda más en alcanzar un orgasmo en el punto G, así que se tomó su tiempo y dejó que las increíbles sensaciones la inundaran de placer. Se meció al entrar en este intenso estado orgásmico. Sintió el clímax recorrerla y fuertes contracciones en los músculos pubococcígeos y el suelo pélvico. ¡Nunca antes había sentido algo así! Su orgasmo pareció durar una eternidad. Su cuerpo finalmente se relajó y contuvo el aliento, sintiéndose más relajada y plena que nunca. Más tarde, al compartir el control remoto con su amante, supo que volvería a sentir ese placer increíblemente único. Ah, sí, ansiaría orgasmos en el punto G. Era adicta.
